Entierro sin ataúd o féretro es una opción que permite alguna legislación autonómica si es por razones religiosas, una discriminación clara de los laicos de ámbito estatal que atenta contra las personas que por motivos ecológicos creen que el féretro daña a la Madre Tierra.
Los cementerios deben ser integrativos y facilitar la diversidad en las creencias en lugar de que cada religión se construya su propio camposanto. Ya separamos los cementerios católicos de los protestantes en el siglo XIX y XX. Si se protegen la creencias religiosas, ¿por qué no se hace con las laicas?