Ayudar a comprender el morir es esencial en una sociedad que se considere libre. Tomar consciencia del sentido de la vida es algo que hay que cultivar o atender, cuando el morir lentamente nos lo propone.
Cuando una persona se acerca al final de la vida, se producen una serie de cambios en el cuerpo que sirven a preparar el tránsito físico y espiritual. Son cambios son normales que hay que conocer.
Nuestra sociedad se resiste frenéticamente a morir. Reflexionar sobre el morir nos da libertad ya que ayuda a disminuir la ansiedad y el miedo a la muerte que se fomenta en la sociedad actual.
Frente a un enfermedad de tipo terminal hay algunas cuestiones prácticas que pueden ser útiles. La planificación de decisiones anticipadas (PDA) sobre los procesos médicos que pueden darse es una de ellas.
La retransmisión en streaming por video de los funerales supone un auténtico atentado a la celebración de la despedida de un ser querido fallecido. La pandemia lo ha instaurado, pero le corresponde a la ciudadanía negarse. Un funeral debe ser íntimo y humano.
Toda Vida, por corta que sea, la humana incluida, siempre responde a un propósito, aunque no siempre sepamos interpretarlo: volver a la Unidad de la qual salimos.
La muerte en solitario o sin la presencia de los seres queridos es claramente una mala muerte o una muerte indigna. Esta se ha impuesto con la crisis sanitaria de la Covid-19. Morir en casa es la única garantia para morir en compañía.
Muchas personas llegan al proceso de fin de vida con miedo al sufrimiento, al dolor y al propio proceso de morir, Todavía demasiadas mueren sin el acompañamiento adecuado. Los derechos del final de la vida son imprescindibles en nuestra sociedad
Cada vez más los pacientes de una enfermedad avanzada expresan su deseo de acelerar la muerte, en inglés, wish to hasten death cuyo acrónimo es WTHD. Cada vez más expertos estudian las implicaciones socioculturales y morales de esta realidad.
En muchas culturas la agonía final se entiende como un proceso en el que el espíritu o la mente va desapegándose del cuerpo físico y por tanto, la atención al muriente requiere de una especial sensibilidad. Existen cursos y formaciones específicas al respecto.
Los cuidados paliativos hacen referencia a la atención sanitaria que reciben las personas diagnosticadas de enfermedades no curables y progresivas, cuando presentan síntomas que alteran su calidad de vida y la de sus familias.